Add parallel Print Page Options

13 Jesús extendió la mano y tocó al hombre.

―Sí, quiero —le dijo—. ¡Queda limpio!

Y al instante se le quitó la lepra.

14 ―No se lo digas a nadie —le ordenó Jesús—; solo ve, preséntate al sacerdote y lleva por tu purificación lo que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio.

15 Sin embargo, la fama de Jesús se extendía cada vez más, de modo que acudían a él multitudes para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades.

Read full chapter